La denuncia penal que presentó la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti contra el gobernador Alfredo Cornejo por el acuerdo con Vialidad Nacional para intervenir rutas nacionales no solo provocó una respuesta jurídica del Ejecutivo mendocino. Disparó también una contundente reacción política del mandatario, que aprovechó el conflicto para apuntar contra el kirchnerismo, reposicionarse frente a la oposición y reafirmar su línea de gestión de cara al año electoral.

“Lo que están haciendo es tapar el caos que es el Partido Justicialista de Mendoza. Están divididos, salieron terceros en la última elección, y ahora se unen solamente para oponerse a mi gobierno. Son un cachivache”, lanzó Cornejo, encendiendo un nuevo capítulo de la polarización política provincial.

La denuncia de Sagasti se centra en la supuesta ilegalidad del convenio firmado por la Provincia para intervenir tramos de rutas nacionales como la 143, la 7 y la 40, utilizando fondos provinciales e incluso proyectando un sistema de peajes. Según la legisladora kirchnerista, Cornejo habría violado normas de competencia y de financiamiento público. Pero el gobernador refutó los argumentos y respondió con dureza, al afirmar que se trata de una maniobra “política, inconsistente y oportunista”.

En su defensa, el mandatario remarcó que el acuerdo fue aprobado por la Legislatura, tiene la autorización de Vialidad Nacional, y responde a una necesidad concreta: la falta de inversión en rutas estratégicas por parte del Gobierno nacional. “Nos denuncian por trabajar en rutas por donde transitan los mendocinos. Es insólito. Las rutas están destruidas desde hace años. Si no las hacemos nosotros, no las va a hacer nadie”, insistió.

La estrategia de Cornejo se enmarca en una narrativa que lo ha acompañado a lo largo de sus dos gestiones: presentarse como un “hacedor” frente a la inacción del kirchnerismo. Esta vez, reforzó su posición al comparar su iniciativa con la gestión del PJ en el sur provincial: “El intendente Omar Félix anunció que el municipio pondrá $4.000 millones para una obra que debe hacer una empresa privada como Ecogas, mientras que Anabel me denuncia por hacer rutas públicas. Eso es el kirchnerismo: incoherencia y oportunismo”, denunció.

La ofensiva de Cornejo también busca recuperar la iniciativa narrativa frente al crecimiento de las críticas internas y externas hacia su gestión. En un contexto de creciente desgaste institucional entre Nación y Provincia —y con un Gobierno nacional que ha recortado drásticamente la obra pública—, el gobernador elige construir un discurso de defensa de la autonomía provincial y de la gestión responsable.

En este sentido, reflotó una vieja demanda: la descentralización de los recursos recaudados por impuestos como el de los combustibles. “Hace años vengo reclamando que, si Nación no va a invertir en rutas, entonces deberían eliminar ese impuesto o transferirlo a las provincias. Mientras tanto, los mendocinos lo pagan y las rutas se siguen deteriorando”, sostuvo.

Además, defendió la posibilidad de implementar peajes para repagar las obras, aunque todavía no se cuenta con el decreto del Poder Ejecutivo nacional que lo habilite formalmente. “Si invertimos y no sale el decreto, vamos a demandar a Nación. Pero no nos vamos a quedar de brazos cruzados”, aclaró.

La denuncia de Sagasti también expone las tensiones dentro del peronismo mendocino. Mientras la senadora lidera una estrategia judicial y política contra el oficialismo provincial, sus propios aliados en el sur, como los hermanos Félix, adoptan decisiones que contradicen ese discurso.

Este cortocircuito refleja las dificultades del justicialismo local para articular un proyecto cohesionado, en momentos en que el peronismo mendocino atraviesa una de sus etapas más frágiles: perdió protagonismo territorial, no tiene una figura de peso para disputar la gobernación y quedó relegado al tercer lugar en las elecciones provinciales de 2023.

Cornejo capitaliza esa desorganización y se posiciona como la figura de mayor peso político de Mendoza, incluso en un escenario nacional adverso para los gobernadores. “Mientras el kirchnerismo dejó las rutas hechas pedazos, nosotros las vamos a reparar, con recursos propios, con planificación y con decisión política”, remató.