En una semana marcada por tensiones internas, negociaciones contrarreloj y sucesivas prórrogas, el peronismo mendocino atraviesa horas decisivas en su intento por evitar una nueva fractura de cara a las elecciones de octubre. El gesto de la intendenta de Santa Rosa, Flor Destéfanis, de declinar su candidatura a diputada nacional en favor de un acuerdo con el sector kirchnerista liderado por Anabel Fernández Sagasti, generó un efecto inmediato: se retomó el diálogo entre las partes y se disipó, al menos momentáneamente, la amenaza de una lista disidente.
“Como militante e intendenta de un espacio que trabaja por la reconstrucción del peronismo y el futuro de Mendoza, he decidido poner mi candidatura a disposición del PJ con el objetivo de lograr la unidad”, expresó Destéfanis en su cuenta de X (ex Twitter). Su mensaje incluyó una crítica velada a los gobiernos de Alfredo Cornejo y Javier Milei, al advertir que “dividirnos sólo servía para ocultar el desastre de la gestión de Cornejo y la crueldad de Milei”.
La decisión generó impacto dentro del espacio que responde a La Cámpora, que había amagado con romper el armado del PJ provincial y presentar una lista propia bajo el sello “Unidad Popular Mendoza”, con Fernández Sagasti como principal figura. El ofrecimiento del segundo lugar en la lista nacional fue leído como una señal de apertura real por parte de los intendentes, y destrabó una negociación estancada desde hacía semanas.
La lista de los intendentes
La nómina nacional que impulsa el sector de los intendentes estará encabezada por Emir Félix, actual presidente del PJ Mendoza y jefe comunal de San Rafael. Lo seguirán la propia Flor Destéfanis —quien puso su nombre a disposición, pero sigue en carrera si no se redefine la lista—, el intendente de Maipú Matías Stevanato, la legisladora Liliana Paponet y el jefe comunal de La Paz, Fernando Ubieta.
Detrás de este armado hay un acuerdo de equilibrio entre territorialidad y volumen político, pero no alcanza para resolver el conflicto de fondo: el reparto de lugares en las listas para la Legislatura provincial. Ese es el verdadero núcleo del conflicto con el sector camporista.
La disputa de fondo: la Legislatura
Fuentes partidarias reconocen que el ofrecimiento de un lugar nacional “ordena hacia abajo”, pero advierten que la verdadera pelea es por los espacios legislativos provinciales, especialmente las bancas que el kirchnerismo conquistó en 2021 cuando Fernández Sagasti compartía la conducción del PJ junto al exvicegobernador Carlos Ciurca. Hoy, Ciurca está alineado con los intendentes y considera propios esos escaños, lo que tensa aún más la negociación.
Este entramado de reclamos cruzados y pujas por representación dejó al PJ mendocino al borde de la fractura. Con la prórroga del plazo para presentar listas como único alivio temporal, todos los sectores esperan cerrar un acuerdo definitivo en las próximas horas. De no lograrse, el riesgo de que se repita el escenario de 2023 —cuando hubo listas enfrentadas y el peronismo quedó tercero— es alto.