La vicegobernadora de Mendoza, Hebe Casado, es una de las figuras políticas más visibles del PRO en el interior del país que buscó dar un salto hacia La Libertad Avanza (LLA), el partido que lidera el presidente Javier Milei. Sin embargo, su pase nunca se concretó formalmente. A pesar del anuncio de su renuncia al PRO y de la cercanía política que la une a referentes libertarios como Patricia Bullrich, el desembarco de Casado en el espacio presidencial quedó empantanado por la interna local del oficialismo y las disputas dentro del propio armado libertario en Mendoza.

El intento de afiliación de Casado fue público y explícito. Firmó su ficha de adhesión con el impulso de un joven militante de LLA, Uriel Lencina, en plena Legislatura. No obstante, el trámite no fue validado ante la Justicia Electoral por las autoridades partidarias locales. El principal escollo tiene nombre y apellido: Facundo Correa Llano, diputado nacional y presidente de La Libertad Avanza en Mendoza. La relación entre ambos dirigentes ha sido tensa desde el inicio.

“Debo ser la única vicegobernadora apartidaria de la Argentina”, ironizó Casado, quien se muestra convencida de que su incorporación al partido de Milei es cuestión de tiempo. Según declaró, tanto Karina Milei como el presidente y el titular de Diputados, Martín Menem, la consideran parte del espacio libertario. Pero la validación institucional sigue sin llegar.

En una reciente actividad oficial, la vicegobernadora compartió un acto con Correa Llano y el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu. Casado relató con sorna que aprovechó el momento para preguntarle al diputado si había traído la ficha de afiliación “en el bolsillo”. “Se puso colorado, no sabía qué decir. Muy incómodo estaba”, detalló en una entrevista con el diario La Nación.

Las fricciones entre Casado y Correa Llano no son nuevas. El vínculo nació mal y empeoró con el tiempo. La vicegobernadora lo calificó de “tímido” y “monosílabo”, por su escasa disposición a reunirse. La tensión escaló luego de un acto libertario en Guaymallén al que Casado asistió, y que fue denunciado por presuntas prácticas clientelares, con reparto de bolsones de comida incluido. Desde LLA Mendoza, Correa Llano salió rápidamente a despegarse: “Repudiamos categóricamente y desmentimos rotundamente cualquier vinculación con esa reunión”, expresó en un comunicado.

Casado, por su parte, respondió con firmeza. Reivindicó su participación como su “debut como libertaria” y denunció “operaciones de todo tipo”. Pese a los cortocircuitos internos, ratificó su alineamiento con el Gobierno nacional: “Mis convicciones, valores y apoyo desinteresado a @JMilei siguen intactos”.

El trasfondo de esta disputa no es menor. En Mendoza, el oficialismo todavía define su estrategia electoral. El gobernador Alfredo Cornejo, líder de la UCR local, tiene tiempo hasta el 18 de julio para resolver si unifica los comicios provinciales con los nacionales, o si posterga las elecciones locales hasta abril de 2026. Esta última alternativa alejaría cualquier posibilidad de acuerdo inmediato con el oficialismo nacional. Además la participación de Hebe Casado implicaría las posibilidad de inmiscuirse en la actividad partidaria a la vicegobernadora, algo que no es un interés inmediato del diputado.

En ese contexto, la afiliación de Hebe Casado a LLA se convirtió en una pieza más del complejo rompecabezas político que se arma en Mendoza. Aunque el vínculo con la Casa Rosada parece sólido, la aceptación institucional dentro del partido libertario en su provincia aún depende de una pulseada política que está lejos de resolverse.