La senadora nacional Anabel Fernández Sagasti encendió una nueva chispa en la siempre convulsionada interna del peronismo mendocino. En las últimas horas, trascendió que el sector que lidera está en gestiones para reactivar el sello partidario de Unidad Popular – Mendoza, con el objetivo de contar con una alternativa electoral en caso de quedar fuera de la estructura formal del Partido Justicialista (PJ) provincial.

“Si tengo que ser candidata por fuera del PJ, lo haré”, declaró Sagasti recientemente, en un movimiento que generó una ola inmediata de repercusiones dentro y fuera del partido. La iniciativa, que incluye un trámite ya iniciado ante el Juzgado Federal N°1 a cargo del juez Pablo Quirós para recuperar la personería jurídica de Unidad Popular, fue interpretada por varios dirigentes como una señal inequívoca de que el kirchnerismo local –referenciado en La Cámpora– estaría dispuesto a competir sin el paraguas tradicional del PJ.

Cruces y fracturas en la oposición

La reacción no se hizo esperar. En la red social X (ex Twitter), el exdiputado nacional Guillermo Carmona, de perfil más institucionalista dentro del justicialismo, criticó con dureza la movida: “Decirse peronista y romper con el PJ es jugar para Cornejo. Se lo dije en 2023 a los que se fueron con De Marchi, lo digo hoy a quienes amenazan con esto”, escribió. Y agregó: “Tras los resultados del domingo no se me ocurre nada más inoportuno y funcional a Milei y Cornejo”.

Carmona aludía así a la posibilidad de que una fractura del peronismo favorezca al oficialismo radical liderado por el gobernador Alfredo Cornejo y, de manera indirecta, a las políticas de Javier Milei, con quien Cornejo ha mantenido ciertas coincidencias estratégicas.

Desde el otro lado de la grieta interna, Lucas Ilardo, referente camporista y exlegislador, salió al cruce en defensa del sector de Fernández Sagasti. “Ser funcional a Cornejo es desdoblar los municipios y privilegiar a un concejal por sobre los jubilados, la universidad pública y los laburantes. Es votarle hasta el aumento del impuesto automotor a Cornejo en la legislatura”, disparó Ilardo.

Además le recordó viejas posturas de Carmona en 2015: “Hace unos años, Guillermo, nos decías que lo mejor para el peronismo era ir con Scioli y Alberto contra Cristina. Y mirá hoy dónde está cada uno”.

El PJ en crisis: ¿un espejo de lo nacional?

La crisis del peronismo mendocino no es un hecho aislado. Desde la derrota electoral de 2023, que dejó al PJ fuera de los principales espacios de poder tanto a nivel nacional como en varias provincias, las tensiones internas han recrudecido. Las diferencias entre sectores más alineados al kirchnerismo duro y aquellos que buscan una renovación del peronismo por fuera de su influencia, se han vuelto cada vez más difíciles de contener.

En Mendoza, el escenario se complica por la hegemonía radical consolidada por Cornejo y por la falta de liderazgos claros que logren unificar al peronismo en una propuesta competitiva. La posibilidad de que Sagasti compita por fuera del PJ, con un sello como Unidad Popular, podría consolidar esa fractura y poner en jaque cualquier intento de reunificación en el corto plazo.

Una apuesta arriesgada

La jugada de Fernández Sagasti y su sector es, sin duda, de alto riesgo. Por un lado, busca sacudir una estructura partidaria que muchos consideran envejecida o inmovilizada frente a las urgencias sociales. Por otro, expone al peronismo a una posible atomización electoral, en una provincia donde la dispersión del voto opositor puede ser determinante.

La estrategia recuerda a otras experiencias de escisión peronista que terminaron debilitando al movimiento en distintos territorios, sin lograr consolidar alternativas sustentables por fuera del PJ. Pero también puede ser vista como un intento por reconfigurar el mapa político provincial desde una lógica de “resistencia” frente al oficialismo y al rumbo liberal del gobierno nacional.